PROYECTO DE VIDA
UNIDAD III
3.2 LAS RAÍCES DEL PECADO EN MÍ
La reflexión que ahora se te
propone no es para suscitar sentimientos de culpa ni de desánimo; menos
aún de escepticismo (esa sensación de que eres como eres y nada va a
cambiar en ti); se trata más bien de ir adquiriendo una mayor lucidez y
madurez espiritual frente a una realidad que está ahí y que no nos puede
dejar indiferentes.
Es importante que llegues a tener
una noción clara de lo que es el pecado; esto te ayudará a liberarte de
concepciones falsas que pueden influir en tu conducta moral, y a
comprender mejor lo que es la conversión cristiana como camino hacia la
verdad y la libertad.
Inicia tu reflexión con una
oración de petición y de confianza, fomentando el deseo de vivir en la
verdad, sabiendo que sólo ella nos hace libres.
Puntos de reflexión
- ¿Qué cosas te hacen sentir mal a menudo, en cuanto a sentimientos de culpabilidad moral? Trata de señalar hechos concretos.
- ¿Cuáles son tus mayores omisiones? Piensa sobre todo en la manera como vives tus relaciones con Dios, contigo mismo y con los demás.
- ¿Cuáles actitudes se encuentran detrás de esos hechos y omisiones?
Es importante que te detengas en este punto que hará ir más a la
raíz del pecado. Cuando Jesús denuncia el pecado, no se queda en los
hechos y omisiones, desenmascara lo que está detrás, lo que se fragua en
el corazón y se traduce en acciones.
Los siguientes
textos te pueden ayudar a encontrar las raíces del pecado que hay en
cada hombre y que cada uno experimentamos según nuestra condición:
Luc. 11, 37-52; 18, 9-14
Mc. 7, 20-23
Con
alguna frecuencia se tiende a confundir el pecado con sentimientos de
culpabilidad que provienen de circunstancias no siempre pecaminosas, y
que en todo caso están lejos de la concepción cristiana del pecado.
Tales son, por ejemplo, las concepciones que llevan a mirar el pecado:
- Como transgresión de la ley
- Como acusación que te constituye en reo culpable
- como frustración de un perfeccionismo centrado en ti mismo.
Después de esta reflexión
- ¿Descubres que tienes que corregir en alguna forma tu noción de pecado?
- ¿Qué luz te ha aportado en relación con la manera como tienes que luchar contra el pecado que hay en ti?
- ¿Qué sentimientos afloran en ti al experimentar tu propio pecado?
Repite lentamente, cada una de las palabras del Padre Nuestro.
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