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Santísima Trinidad

Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Sagrada Familia

Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía.

Sagrado Corazón De Jesús

Sagrado Corazón De Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón De María

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.

Espíritu Santo

Espíritu Santo, ilumíname y santifícame.

sábado, 24 de abril de 2021

Novena A Jesus Nazareno De Portobelo

Novena A Jesús Nazareno De Portobelo

Novena A Jesus Nazareno De Portobelo



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro...

Acto De Contrición (para todos los días)

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén.

Oración Para Todos Los Días


Dulcísimo Redentor de nuestras almas, Jesús Nazareno, llenos de confianza nos postramos de rodillas delante de tu altar para contemplar de cerca la hermosura de tu rostro, oscurecido y afeado con la sangre que brotaba hilo a hilo de tu perforada sien y dolorida cabeza.

Nuestros pecados, Señor, han puesto sobre tus hombros esa pesada cruz; pero ya los detestamos de corazón y estamos resueltos a emprender un tenor de vida enteramente conforme a tu santa Ley. Concédenos la gracia que otorgaste en vida al Cireneo de seguir valeroso tus pasos, para que, siendo partícipes en la tierra de las afrentas y humillaciones de tu cruz, lo seamos también de tu beatitud y gloria en el cielo. Así sea.

Consideración Del Día

Día Primero | Día Segundo | Día Tercero | Día Cuarto | Día Quinto | Día Sexto | Día Séptimo | Día Octavo | Día Noveno

Día Primero - Jesús Sentenciado A Muerte

Flaqueó por fin, el ánimo del presidente Pilato, y después de inútiles tentativas para librar a Jesús de la muerte, atropelló la justicia de su causa entregándolo al furor de sus implacables enemigos.

Pronunciada por el inicuo juez aquella frase infame "Irás a la Cruz" (Mc 15,15), que también ansiosamente habían esperado los judíos, y vestido ya de su túnica propia para ser más conocido de las gentes, resonó vibrante el clarín pregonando por los aires con alegría el triunfo de la sinagoga contra Jesús. Gritos de júbilo se oyeron entonces por todas partes: aclamaciones de regocijo y entusiasmo brotaron de todos los pechos de la plebe, soliviantada por los doctores y escribas del Sanedrín, que impacientes aguardaban en las puertas del Pretorio para apoderarse de su víctima odiada, que ya traía sobre sus desgarradas espaldas el infamante y pesado madero. No espero el divino Salvador a que los verdugos pusieran sobre sus hombros la cruz, sino que Él mismo se abrazó a ella con amor y alegría inmensa.

Lejos de escandalizarte de la Cruz del Señor como los gentiles, reconoce en ella, oh, alma cristiana, el misterio profundo de la sabiduría divina, que quiso hacer de la misma arma de su victoria, el centro de su reino, el tribunal de su clemencia y la llave del cielo. En el calvario de la vida todos cargamos una astillita de la cruz: de la Cruz del Salvador las almas inocentes, de la del buen ladrón las almas arrepentidas y la del ladrón impenitente los réprobos y condenados. ¿Cuál prefieres para ti? ¿Cuál es tu conducta en la adversidad, en las enfermedades, en la pobreza?

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Día Segundo - Jesús Nazareno Camino Del Calvario

Imposible expresar con palabras el sufrimiento que laceró a Jesús en su alma divina y en su cuerpo sacratísimo de belleza infinita, mientras pálido, desvanecido y ensangrentado marchaba por la Vía del Calvario, que la piedad de mil generaciones ha bautizado con el nombre por excelencia de Vía Dolorosa, para significar la más terrible y alta expresión del sufrimiento en ella experimentado por el Salvador.

La devoción cristiana que sufre con Jesús no pudo olvidar aquel drama de sangre del trayecto de la cruz de Cristo, y perpetuó este aspecto de su Pasión Santísima con el ejercicio del Via Crucis, popularizado y extendido hoy por todo el mundo. Muchos son, alma piadosa, los que ansían visitar los lugares santos de Jerusalén para robustecer su piedad sobre las huellas mismas de Jesús de que están llenos los caminos de Palestina. Si no te es posible formar parte de las peregrinaciones que se organizan para visitar el país del Redentor, tienes muy a tu alcance el merecer lo que aquellos fervorosos peregrinos con solo meditar devotamente la Pasión de Jesús, recorriendo en el templo, las estaciones del Via Crucis. Jesús Nazareno caminando hacia el Calvario, he ahí el mejor argumento de tu oración y meditación en la santa Misa y en tus visitas al templo.

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Día Tercero - Jesús Encuentra A Su Santísima Madre

Casi en los precisos momentos en que los satélites de Satanás obligaban al Redentor a levantarse de su primera caída y deliberaban acerca del partido que debía tomarse, se desarrolla una escena conmovedora en extremo, uno de los cuadros más patéticos y tiernos de la tragedia santísima de la Pasión: escena tan dolorosa, cuatro tan triste que la humanidad no ha podido contemplar sin lágrimas en los ojos y su angustia en el corazón. Abriéndose paso entre el gentío, la Virgen desolada, víctima de dolor intenso, se abalanzó hacia su Hijo, y pálida y silenciosa, se encontró frente por frente de Jesús. ¡Qué espectáculo tan desgarrador y doloroso se ofreció a sus ojos maternos y a su corazón de Madre tiernísima!

Considera aquí, alma cristiana, como asociada la Virgen María a la obra de nuestra Redención, no rehuyó jamás el cáliz de la amargura, que debía apurar hasta las heces para semejarse al divino modelo y conquistar entre los discípulos de Jesús un lugar preeminente en su calidad de Corredentora. Al meditar los dolores de Jesús, recuerda las muchas aflicciones, que por tu amor, soportó el corazón de la Virgen y pídele a tan tierna Madre que ruegue por ti ahora y en la hora de tu muerte para que no se malogre en ti el fruto de la Redención.

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Día Cuarto - Jesús Ayudado Por El Cireneo

Era tan en extremo alarmante la debilidad y desfallecimiento de Jesús que los mismos crueles verdugos, temerosos de que falleciera antes de vencer la penosa ascensión al Calvario, decidieron aliviarle la pesada carga, obligando a un hombre extranjero que por allí pasaba, a que compartiese con Él la fatigosa tarea de conducir el pesado leño del suplicio. Acababa de entrar casualmente por la puerta de Damasco un hombre de Cirene, llamado Simón, que venía de labrar sus tierras y que en aquel momento aciago se encontró con la triste comitiva y fue obligado a detenerse para ayudar a llevar la cruz al Salvador.

Grande sería la vergüenza que experimentó en aquella ocasión este discípulo improvisado del celeste Maestro; pero así como fue el primero en cumplir a la letra el consejo de perfección dado por Jesús a los suyos "el que no toma su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo" (Mt 10,38).

Ahora Jesús Nazareno hace partícipe de sus triunfos y de sus glorias al dichosísimo Simón. La misma gloria te tocará a ti, alma cristiana, si caminas valientemente sobre las huellas de tu Salvador, despreciando las burlas de aquellos a quienes el apóstol Pablo llama enemigos de la cruz de Jesucristo.

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Día Quinto - La Santa Faz De Jesús Nazareno

Caminaba el Salvador con el alma lacerada por los dardos de insultos y oprobios, que a su rostro lanzaban las viperinas lenguas de la chusma, mientras que las gotas de sudor, que cubrían su cuerpo, y la sangre copiosa que brotaba de las heridas de su cabeza caían sobre sus ojos y rostro, velándole la vista. Entre tanto todos los corazones parecían cerrados a la compasión de Jesús en aquella triste mañana, mientras que, lento y fatigado, subía en dirección al Calvario. A su lado, no descubría mirada alguna compasiva que le prestase alivio. Mas, he aquí que una mujer piadosa, oyendo el infernal clamoreo, salió a las puertas de su casa, se quitó el velo que cubría su cabeza y enjugo con él el rostro del Salvador. Agradeció Jesús el gesto de la devota mujer, dejando impresa su Santa Faz en los tres pliegues del lienzo de la Verónica.

Dios premia las acciones de sus fieles servidores y premiará también las tuyas conforme lo tiene jurado en su Evangelio al decir que ni un vaso de agua fresca, dado por el amor de Él, quedará sin recompensa. No solo las acciones heroicas, brillantes a los ojos del mundo serán objeto de premio y galardón; hasta los más pequeños y ocultos sacrificios que por Dios hagas te serán remunerados.

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Día Sexto - Jesús Consuela A Las Mujeres De Jerusalén

A pocos pasos de la puerta Judiciaria, un grupo de mujeres piadosas, haciendo caso omiso del precepto del Talmud, que prohibía mostrar compasión o simpatía por un condenado a muerte, rinden tributo de amor y conmiseración a Jesús, llorando a gritos y manifestándole públicamente su dolor por la extrema crueldad con la que era tratado. "Y le seguían, (Lc 23,27) una gran multitud del pueblo y de las mujeres, las cuales lo plañían y lo lloraban". Jesús olvidando sus sufrimientos propios y conmovido por su dolor, les tendió una mirada triste y afectuosa a la vez, e interrumpiendo por ellas el misterioso silencio que había conservado desde sus últimas palabras dirigidas a Pilato en el pretorio, les dice: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos... porque si en el árbol verse se hace esto, ¿en el seco qué se hará?" (Lc 23,28).

No prohíbe el Salvador en estas palabras que lloremos su Pasión, ni rechaza las lágrimas de afectuosa compasión que tanto agradecería en medio de sus tormentos. Quiero, sí, que lloremos nuestros pecados, que sí irritan a la justicia divina, pues solo puede ser aplacada con la sangre de este inocentísimo Cordero.

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Día Séptimo - Las Tres Caídas Del Salvador

Caído y casi exánime contemplaron por tres veces los verdugos del Señor sin que su corazón despiadado se conmoviera a la vista de tanta abyección y humildad.

Veían que no podía más su víctima, y no obstante redoblaban en ella sus furores, cebaban sus venganzas y descargaban sobre su llagado cuerpo nuevos y crueles golpes, tratamientos indignos de la más refinada barbarie.

Las desgarradoras agonías del huerto de Getsemaní se le renovaron en estas triples caídas, al representársele en el alma con todos sus detalles la sangrienta tragedia que iba en breve a desarrollarse sobre la cima del Calvario. Esta angustia mortal, unida al peso de la cruz, le hizo desfallecer y caer en tierra por tres veces.

Considera, oh cristiano, que las caídas repetidas del alma en pecado mortal son un presagio funestísimo de su caída irreparable en el fuego sempiterno. Si es humano incurrir en faltas inevitables a la humana fragilidad, es propio de réprobos el permanecer de asiento en el pecado.

¿Cómo vives? Cuando tienes la desgracia de cometer algún pecado grave, ¿acudes solícito al sacramento de confesión para borrar tu culpa y devolver al alma la amistad con Dios?

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Día Octavo - Jesús Nazareno Rey De Los Judíos

Uno de los soldados romanos llevaba la tablilla en la cual Pilato había escrito la causa de la condenación de Jesús a muerte de Cruz: "Jesús Nazareno Rey de los Judíos". No bien fue colocado el "título" sobre la cruz, muchos de los judíos leyeron la inscripción que estaba escrita en hebreo, en griego y en latín. La estupefacción fue general.

Los doctores y los príncipes sacerdotes se ofendieron. Furiosos de cólera, fueron al palacio del Presidente diciéndole: "No escribas rey de los judíos; sino que él ha dicho: Yo soy el Rey de los Judíos", Pilato respondió: "Lo escrito, escrito está".

Aunque Jesús estaba en el colmo de su humillación y supremo abandono, muy pronto el Eterno Padre dio a conocer la realeza de su divino Hijo. "Oh Señor, exclamó con acento suplicante el buen ladrón, acuérdate de mí cuando estés en tu reino". Esta frase que revela gran fe en aquel criminal arrepentido, arrancó de los labios de Jesús esta promesa consoladora: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso". (Lc 23,43)

Si deseas que tu destino final sea semejante al de este ladrón afortunado, reconoce a Jesús por tu supremo Rey y síguelo denodadamente, aunque sea por caminos espinosos.

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Día Noveno - Jesús De Nazareno Rey De Portobelo

Amabilísimo Jesús, al terminar esta Novena de desagravios, que nuestros antepasados ofrecieron por Voto Público y solemne de toda la ciudad de Portobelo, queremos renovar en tu presencia soberana aquel voto, prometiéndote igual amor e idéntica fidelidad a nuestros voluntarios compromisos.

Y, pues, para remedio de nuestras aflicciones te quedaste de prodigiosa manera en nuestra ciudad, distinguiéndola siempre con manifestaciones milagrosas, obradas por tu infinito poder, perdona, Señor, perdona nuestras ingratitudes pasadas y no permitas jamás que te falten adoradores en este templo de tu predilección, desde donde repartes copiosamente los tesoros de tus misericordias.

Bendice, dulcísimo Jesús Nazareno, nuestros hogares, nuestros campos, nuestros mares y sobre todo, reina sobre nuestro pueblo.

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Peticiones


Pidamos ahora las gracias que se desean obtener en esta Novena.

Para conseguir estas gracias rezaremos tres Padrenuestros, con las siguientes súplicas:

Oh encanto de nuestras almas, Jesús Nazareno, por la corona de espinas que con inaudita crueldad ciñeron los judíos a tus divinas sienes, respondiendo a sus insultos y blasfemias con el paciente silencio del mansísimo Cordero.

Concédenos un perdón pleno de nuestros pecados de pensamiento, causa de tus más acerbos dolores y haz que nuestra memoria se ocupe en recordar tu misericordia para con los pecadores arrepentidos.

Padrenuestro...

Oh poderosísimo imán de nuestros corazones, Jesús Nazareno, por los cordeles y sogas con que los verdugos aprisionaron despiadadamente tu bendito cuerpo, compadécete de las almas descarriadas, que, roto el suave yugo de tu Ley, gimen arrojadas en la humillante esclavitud de sus vicios y pasiones.

Padrenuestro...

Oh finísimo amador de los hombres, Jesús Nazareno, por la pesada cruz que cargaste sobre tus hombros, camino del Calvario, santificándola con el contacto de tu sangre divina, recibe el homenaje de nuestros corazones agradecidos que te repiten sin cesar: "Te adoramos Jesús Nazareno y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo".

Padrenuestro...

Oración Final


Omnipotente y sempiterno Dios, que a tu Unigénito Hijo lo constituiste Redentor del mundo, te rogamos que nos concedas venerar de tal suerte el precio de nuestra redención y a ser defendidos por su virtud de todos los males de la presente vida, para que podamos gozar perpetuamente de su fruto en el cielo. Amén.