Ven creador Espíritu de los tuyos la mente a visitar a encender en tu amor los corazones, que de la nada te gustó crear.
Tú que eres gran Consolador, y Don Altísimo de Dios. Fuente viva, y Amor, y Fuego ardiente, y Espiritual unción.
Tú, tan generoso en dádivas, Tú, poder de la diestra paternal: Tú, Promesa magnificante del Padre que el torpe labio vienes a soltar.
Con tu luz iluminas los sentidos, los afectos inflama con tu amor, con tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción.
Lejos expulsa al pérfido enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú nuestro guía, toda culpa logremos evitar.
Denos tu influjo conocer al Padre, denos también al Hijo conocer, y en Ti, del Uno y Otro. Santo Espíritu, para siempre creer.
A Dios Padre, alabanza, honor y gloria, con el Hijo, que un día resucitó, y a Ti, Abogado y Consuelo del Cristiano, por los siglos se rinda admiración. Amén.
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