Oh, San Judas Tadeo, glorioso Apóstol, fiel servidor y amigo de Jesús, a quien tantas pruebas de amor y sumisión disteis, y de quien en cambio recibiste el divino poder de consolar a los pobres, de aliviar a los necesitados y de servir de norte y guía en las tribulaciones de cuantos están al borde de sucumbir en este valle de lágrimas. Vedme aquí postrado ante vuestras plantas, lleno de fe y radiante de esperanza en vuestra gran misericordia y bondad.
El nombre del traidor, oh, glorioso San Judas Tadeo, ha sido causa de olvido de muchos y de que vuestra devoción no se haya extendido entre los fieles como lo merecéis y lo ha demandado siempre vuestra vida ejemplarísima, vuestra inextinguible fidelidad al Maestro, vuestro inagotable amor hacia la humanidad doliente y vuestros innumerables milagros en provecho de los necesitados. La Iglesia, empero, os ha honrado en todas las ocasiones; os ha tenido siempre en privilegiado sitio en la gloriosa escala de los santos mantenedores de la fe cristiana, y os ha invocado como universal patrono en los casos desesperados; porque vuestro alivio ha sido pronto y porque vuestra clemencia se ha movido dadivosamente para enjugar las lágrimas amargas de quienes padecen mucho y mucho han menester.
Rogad por mí, que soy tan miserable, oh, glorioso San Judas Tadeo. Os imploro gozar del privilegio particular que se os concedió y proporcionar pronta y visible ayuda en caso de desesperación. Venid en mi asistencia en esta gran necesidad, y permitidme recibir los consuelos y socorros del Cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente... (se hace la petición), y que pueda bendecir a Dios en vos y todos los escogidos por toda la eternidad.
Os prometo, oh, bendito San Judas Tadeo, ser siempre devoto vuestro, no cesar de honraros como a mi poderoso protector, con todas mis energías intelectuales y morales, y fomentar vuestra devoción. Amén.
Tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias
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