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jueves, 9 de noviembre de 2017

Reseña Historica De La Venerada Imagen De Nuestra Señora Del Carmen De Apicala

Virgen Del Carmen De Apicala

No sabemos quién fue el inspirado escultor que modeló la imagen que se venera en el santuario de Carmen de Apicalá (Tolima, Colombia). La tradición dice que en los comienzos de la fundación del pueblo (año 1828), se presentó un peregrino que se ofreció a hacer una imagen del Carmen.

Los vecinos principales le exigieron que el Niño fuera una escultura de madera, lo mismo que el rostro y las manos de la Virgen, pues que habiendo escogido a la Reina del cielo en la advocación del Carmen, como patrona del pueblo, era muy justo que con frecuencia sus hijos devotos renovaran el vestido como prueba del cariño filiar y tributo de vasallaje. Los contratantes vecinos suministraron al escultor habitación y alimentación siendo condición que si la imagen satisfacía a los anhelos de Quito, les costara, y si no satisfacía, le pagarían diez jornales para que pudiera sin detrimento grave trasladarse a alguna población vecina y subsistir allí mientras encontraba trabajo.

Cuando el artista hubo terminado la obra, se presentó a sus comitentes para que le recibieran la imagen con el Niño. Era un domingo, y el vecindario todo, sin haber establecido el mercado, se encontraba reunido en la plaza, de manera que bastaron unos golpes de redoblante para que se congregara frente a la habitación de nuestro artista. Sobre la armazón que se acostumbra para esta clase de imágenes, con un sencillo vestido y escapulario, y cubierta discretamente la imagen con un velo, en medio de la espectación y ansiedad generales, -cuando se hizo silencio- el escultor descubrió su obra. La tradición dice que todos los concurrentes, como heridos por celestial aparición, cayeron de rodillas y con fervorosa piedad rezaron emocionados la salve. Terminada la oración, aclamaron al artista y propusieron premiarlo generosamente; pero ya este había desaparecido sin que haya recuerdo alguno de su nombre. Ni de dónde procedía.

De este artista debemos decir que estaba inspirado y amaba a la Reina del cielo. Solo así pudo dar expresión divina a la imagen y esa mirada maternal que obliga a redoblar la rodilla para venerarla. Es voz popular que el autor de tan grande maravilla sería un ángel del cielo o quizás San José.

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