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martes, 13 de agosto de 2024

Novena A Nuestra Señora De La Dulce Espera

Novena A Nuestra Señora De La Dulce Espera

Novena A Nuestra Señora De La Dulce Espera


En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Oración Para Arrepentirse De Los Pecados

Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,

por tu gran compasión, ¡borra mis faltas!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,

y renueva la firmeza de mi espíritu.

No me arrojes lejos de tu presencia,

ni retires de mí tu Santo Espíritu.


Nuestra Señora de la Dulce Espera,

ruega por nosotros y por nuestros hijos.


Día Primero


El Señor Nos Regala La Vida

El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate! Llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús". Dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". (Lc 1, 28-31 y 38) 


Reflexión

María pronunció estas palabras por medio de la fe. Y así, a través de María, la Vida vino a nosotros. Ella, plenamente mujer, se confió a Dios sin reservas, se mostró completamente dispuesta a la acción del Espíritu Santo y en esta respuesta se entregó a cooperar con la Gracia de Dios.


Oración

Al comenzar este primer día de la novena, te expresamos Madre, nuestro amor. Venimos con confianza a pedirte por nuestras necesidades, haz que te imitemos en tu Sí a Dios. Comprende nuestro pedido, atiéndelo.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por todos los padres y madres que esperan un hijo.

(Pedir por la intención personal)

Ave María


Día Segundo 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados. 


El Señor Nos Invita A Ponernos Al Servicio De La Vida

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! Feliz de ti por haber creído que se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor". (Lc. 1, 39-45)


Reflexión 

Las palabras de Isabel, "Feliz de ti por haber creído", se aplican no solo a aquel momento concreto de la Anunciación, sino a toda la vida de María. En su peregrinar hacia Dios, María recorrió un camino de fe a lo largo de toda su vida. Y lo hizo de modo heroico. En su "obediencia de fe", ella se abandonó a Dios y "esperando contra toda esperanza creyó" cada día, en medio de todas las pruebas y contrariedades.


Oración 

María, madre de Jesús y madre nuestra, intercede ante tu Hijo y enséñanos a amar y servir a los demás. Que siguiendo tu ejemplo de disponibilidad, sepamos aceptar la vida como el don gratuito que Dios nos ha dado; y que podamos proteger, nutrir, y acoger a aquel niño que recibamos como hijo. Que podamos recorrer con fe y esperanza los caminos que nos llevan a cumplir la voluntad del Padre.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por los que desean recibir la gracia de un hijo.

(Pedir por la intención personal)


Bendita seas María, Virgen y Madre,

el Señor te llenó de gracia y alegría

en la dulce espera de Jesús.

Te rogamos por los esposos

que desean el Don de un hijo,

ayúdalos en esta esperanza

a apoyarse mutuamente en el camino de la vida.


Día Tercero  


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados. 


Dios Hace Maravillas Con Nuestra Vida

María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante, todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡Su nombre es Santo!" (Lc 1, 46-50)


Reflexión 

Cuando Isabel saludó a la joven pariente que llegaba de Nazaret, María respondió con el Magníficat. Es la alabanza de todo su ser hacia Dios, expresada de forma poética, pero sencilla. Sus palabras están inspiradas en muchos textos sagrados del pueblo de Israel y reflejan el gozo de su espíritu, la felicidad que le provoca ser consciente de que en ella se realiza la promesa hecha "en favor de Abraham y su descendencia por siempre".


Oración 

María, madre de Jesús, enséñanos a rezar con fe, con apertura de corazón y sencillez. No solo por nuestras necesidades sino también por las de todos aquellos que sufren y necesitan de nosotros y de nuestra palabra de esperanza. Que de nuestra boca, como de la tuya, broten palabras de alabanza hacia el Creador y Dador de vida.

Dios Padre Nuestro, rico en amor y misericordia, que este tiempo de espera se transforme en una oportunidad de crecer en nuestra fe y nuestra entrega a los demás. Que podamos encontrar momentos de alegría y felicidad y los compartamos con quienes nos rodean.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por todos los bebés que crecen y se preparan para nacer.

(Pedir por la intención personal)

Padre Nuestro


Día Cuarto 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados.  


Y Llegó El Momento De Ser Madre

Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. (Lc 2, 6-7)


Reflexión 

María da su consentimiento a la elección de Dios, para ser la madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo y toda su existencia está marcada por la certeza de que Dios está a su lado y la acompaña con su providencia benévola.


Oración 

Nuestra Señora de la Dulce Espera, ayúdanos a ser sencillos y pobres de corazón para alimentarnos de tu amor y crecer en la fe y esperanza. Sabiendo que todo lo debemos esperar de tu Hijo, nuestro Salvador.

Ayúdanos que a semejanza tuya, vivamos con la certeza de que Dios está a nuestro lado y nos acompaña con su divina Providencia.


A cada intención respondemos:

Por María nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por el momento del parto y del nacimiento.

(Pedir por la intención personal)


Virgen María, Madre de Dios, 

que cobijaste en tu seno al Salvador,

te pedimos que nos protejas en este momento,

en que confiadamente esperamos un hijo,

para que podamos aceptarlo con amor,

educarlo de modo que "crezca en sabiduría,

estatura y gracia" ante los ojos de Dios;

y conducirlo con nuestro ejemplo a la casa del Padre.

Amén.


Día Quinto 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados.  


Nuestro Hijo, Plan De Amor De Dios Padre

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a las fiestas según la costumbre, y cuando estas terminaron, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Al tercer día lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas: todos los que oían, quedaban desconcertados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, quedaron extrañados y le dijo su madre: "Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo". Él les contestó: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. (Lc 2, 41 y 46-50)


Reflexión 

Durante los años de su vida oculta en Nazaret, Jesús "vivía sujeto a ellos" (Lc 2, 51): sujeto a María, pero también sujeto a José, porque éste hacía las veces de padre ante los hombres; de ahí que el hijo de María era considerado también por la gente como "el hijo del carpintero". (Mt 13, 55)

Cuando el evangelista nos dice que "Ellos (José y María) no entendieron lo que les decía", pone en relieve que aún su madre vivía en la intimidad con el misterio de Jesús, hijo de Dios, solo por medio de la fe. "Feliz la que ha creído".


Oración 

Jesús, concédenos comprender, con la ayuda de tu gracia, aquellas cosas y situaciones que se nos van presentando en la vida.

María, madre de los vivientes, que acogiste la Vida en nombre de todos y para el bien de todos, guíanos en el camino, protege a nuestros hijos y familias. Enséñanos a estar en las cosas del Padre.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por nuestros hijos.

Por nuestras familias.

(Pedir por la intención personal)

Padre Nuestro


Día Sexto 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados.  


María, nuestra madre, está atenta a nuestras necesidades

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Y Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavia". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan lo que Él les diga". (Jn 2. 1-5) 


Reflexión 

María manifiesta una maternidad nueva, según el espíritu, cuando va al encuentro de las necesidades del hombre. En Caná de Galilea se muestra solo un aspecto concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca importancia ("No tienen vino"). Pero esto tiene un valor simbólico. María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. En su papel de madre, se pone "en medio", se hace mediadora. Ella intercede por los hombres y se pone como portavoz de la voluntad de su Hijo: "Hagan lo que Él les diga".


Oración 

María, madre del amor hermoso, incercede para que  Jesús atienda nuestras necesidades. Enséñanos a hacer todo lo que Él nos dice y a pedir en la oración el conocimiento que todavía nos falta para tener el gusto profundo de las cosas de Dios. Que sepamos ver las necesidades de los que nos rodean y podamos brindarnos generosamente, ayudado a quienes, en este momento fundamental de sus vidas, se encuentran solas y desamparadas.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por las madres que están solas.

Por los padres que no tienen trabajo.

(Pedir por la intención personal)

Ave María


Día Séptimo 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados. 


Tu Hijo También Tiene Una Misión

Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte". Jesús les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y señalando con la manos a sus discípulos agregó: "Éstos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre". (Mt 12, 46-50)


Reflexión 

María es la primera entre "aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen". Y por eso, aquella bendición pronunciada por Jesús, se refiere en primer lugar a ella. María se convierte, en cierto sentido, en la primera "discípula" de su Hijo y por medio de su fe, descubre otro sentido de su maternidad: una nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según la carne.


Oración 

Madre nuestra, Señora de la Dulce Espera, nos enseñas que más importante que el vínculo carnal, es la relación que nace y se forma por cumplor con lo que Dios nos pide. El amor se construye día a día, así queremos servir al Señor y aceptar su voluntad. Que podamos testimoniar el significado del amor auténtico diciendo cada día que sí. Acuérdate de las familias que han abierto su corazón a la adopción, ayúdalos en la alegría de su generosidad a que puedan gustar los hermosos nombres de padre y madre. Que teniéndote a vos, como modelo incomparable de acogida y cuidado de la vida, puedan dar gracias cada día, por esa vida que se les entrega.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por los que desean adoptar.

(Pedir por la intención personal)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Día Octavo 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados.  


Amar A Dios Por Sobre Todas Las Cosas

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo: "Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron". Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica". (Lc 11, 27-28)


Reflexión 

Esta frase constituía una alabanza para María como madre de Jesús según la carne. A través de aquellas palabras ha pasado rápidamente por la mente de la muchedumbre, al menos por un instante, el evangelio de la infancia de Jesús. Es el evangelio en que María está presente como la madre que concibe a Jesús en su seno, lo da a luz y lo amamanta maternalmente: la madre-nodriza a la que se refiere aquella mujer del pueblo. Gracias a esta maternidad, Jesús es un verdadero hijo del hombre. Jesús con su respuesta quiere quitar la atención de la maternidad entendida solo como vínculo de carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y la observancia de las palabras de Dios. 


Oración 

María, muchachita de Nazaret, tú que viviste las dimensiones de lo humano y de lo femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para que seamos atentos escuchas de la Palabra de Dios. Aleja de nosotros todo lo que nos impida practicar lo que Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca tus palabras, tus intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al bien y al amor.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por que las mujeres puedan amamantar a sus hijos, dándoles su leche y amor.

Por que todos los padres puedan ayudar a crecer a los hijos.

(Pedir por la intención personal)


Oh, María, aurora del mundo nuevo

a Ti confiamos la causa de la vida.

Haz que quieres creen en tu Hijo

sepan anunciar con firmeza y amor

a los hombres de nuestro tiempo

el Evangelio de la Vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo

como don siempre nuevo,

la alegría de celebrarlo con gratitud

durante toda su existencia

y la valentía de testimoniarlo

con confianza.


Día Noveno 


Comenzar con la Señal de la Cruz y la Oración para Arrepentirse de los Pecados. 


Jesús Nos Da A María Como Madre

Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". (Jn 19, 25-27) 


Reflexión 

La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. A los pies de la cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo. La entrega es la respuesta al amor de una persona y, en concreto, al amor de la madre. Por eso, a través de los siglos, de entre los diversos pueblos y naciones de la tierra, el hombre se dirige a María, con veneración y confianza, como quien se dirige a su madre, y busca en su fe el sostén para la propia fe.


Oración  

María Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, sabemos que nos acompañas en el camino de la vida, intercediendo por nosotros y por nuestras necesidades, danos un corazón fuerte y generoso. Gracias, porque cada uno de nosotros somos participes de la vida de Dios.

Te pedimos que nos enseñes a respetar, proteger y defender la vida, especialmente la más débil e inocente.

Inspira y protege especialmente a aquellos hombres y mujeres que condicionados por el medio y las circunstancias que los rodean, no llegan a ver que la vida es siempre un bien. Que ellos sepan que "Ninguna cosa es imposible para Dios" (Lc 1, 30 37) y se entreguen con confianza a su providencia benévola.

Bendícenos y guíanos en este camino para poder florecer en virtud y santidad. Confiamos en tu intercesión y esperamos con fe que Jesús nos conceda lo que pedimos.


A cada intención respondemos:

Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.

Por los bebés no deseados, sus madres y padres.

Por los niños abandonados.

Por los que sufren.

(Pedir por la intención personal)


Virgen María, Madre de Dios, que cobijaste en tu seno al Salvador,

te pedimos que nos protejas en este momento,

en que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;

educarlo de modo que "crezca en sabiduría, estatura y gracia" ante los ojos de Dios;

y conducirlo con nuestro ejemplo

a la casa del Padre.

Amén.

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