PROYECTO DE VIDA
UNIDAD V
5.5 ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO
Jesús, antes de
su ascensión al Cielo, congrega de nuevo a los discípulos convencidos ya
de la verdad de su Resurrección, y les hace comprender el sentido de
todo lo que hasta entonces habían vivido junto a Él:
"Los
once discípulos partieron para Galilea, al lugar donde Jesús los había
convocado. Cuando vieron a Jesús, se postraron ante Él; algunos, sin
embargo, dudaron. Entonces Jesús les dijo: Todo poder se me ha dado en
el Cielo y en la tierra; id pues por todo el mundo y haced discípulos
míos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo os he comentado. Y sabed
que Yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el final".
Mat. 26, 16-20
"Los
que estaban reunidos le preguntaron: Señor, ¿es ahora cuando vas a
restablecer el Reino de Israel? Él les contestó: No os toca a vosotros
saber el tiempo y el momento que el Padre ha elegido y decidido...
Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre
vosotros; y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y
hasta los límites de la tierra".
Hech. 1, 6-8
El
habernos encontrado con Jesús y haber penetrado en su vida y en su
Misterio, no es algo que se pueda quedar simplemente a nivel de
reconocimiento:
"El
que ha sido evangelizado, evangeliza a su vez; esta es la prueba de
verdad, la piedra de toque de nuestra fe en Jesús; es imposible que
alguien haya encontrado verdaderamente a Jesús y haya escuchado su
mensaje, sin convertirse en testigo suyo y apóstol de su Reino".
Pablo recoge su propia experiencia y hace el balance de su vida de apóstol a partir del encuentro con Cristo.
Lee Filipenses 3, 4-15
Ora y haz luego tu propia síntesis.
Cada persona ES UN PROYECTO configurado por unos elementos dados:
- Genéticos: temperamento, aspecto físico, cualidades, aptitudes, límites
- Históricos: familia, ambiente donde se vive, experiencias, relaciones a todo nivel
- Dinámicos: aspiraciones, atractivos, valores que se persiguen, todo lo que mueve a la persona en el plano existencial.
Ese proyecto, visto desde la fe, se convierte en llamada:
expresión del plan de Dios sobre mí, camino abierto a múltiples
posibilidades.
Mirar así el proyecto que somos, nos
lleva a: acogerlo como un don, como punto de partida de un proyecto que
nos trasciende, situarnos en el mundo con un sentido de misión.
Cada
persona TIENE UN PROYECTO QUE se va revelando poco a poco, es lo que
mantiene el sentido de la vida; requiere compromiso, perseverancia, al
servicio de él empeñamos la vida; cobra fuerza y sentido en la medida en
que se comparte y se hace servicio.
Solo un proyecto que encauce la capacidad de amar y de darse, es verdaderamente humano y cristiano.
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