- Orar una misma oración.
- Escuchar una misma palabra.
- Ofrecer un mismo sacrificio.
- Comer un mismo pan.
La Misa es el centro de toda vida litúrgica y de toda la vida de la Iglesia y del cristiano: es la fuente y la cubre de toda acción del cristiano. Es:
- Memorial de la pasión y muerte y resurrección del Señor.
- Fuente actual de todo don de Dios a los hombres.
- Anticipo de la felicidad definitiva en Dios.
Ordinario De La Misa
I. RITOS INICIALES
Nos acercamos a ofrecer el sacrificio y el banquete Eucarístico para: adorar, agradecer, suplicar al Padre celestial y reparar por nuestros pecados y los del mundo, en unión con Jesucristo.
Dispongamos nuestros corazones, con los mismos sentimientos de Cristo, en comunión con el sacerdote y las personas congregadas, para que la Misa sea de veras "la asamblea de los hijos de Dios unidos en caridad".
1. Saludos y acto penitencial
Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Fieles: Amén.
El celebrante saluda a la asamblea y la invita al acto penitencial. Breve pausa de silencio.
Primera forma
Celebrante y fieles: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso, ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos, y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Celebrante: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Fieles: Amén.
Segunda forma
Celebrante: Señor, ten misericordia de nosotros.
Fieles: Porque hemos pecado contra ti.
Celebrante: Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Fieles: Y danos tu salvación.
Celebrante: El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Fieles: Amén.
Celebrante: Señor, ten piedad.
Fieles: Señor, ten piedad.
Celebrante: Cristo, ten piedad.
Fieles: Cristo, ten piedad.
Celebrante: Señor, ten piedad.
Fieles: Señor, ten piedad.
2. Gloria
Se canta o se reza, solo cuando la liturgia del día lo prescribe.
Celebrante y fieles: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros: porque solo tú eres santo, solo tú, Señor, solo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
3. Oración colecta
Procede un breve silencio para que cada cual formule interiormente sus súplicas. Después de la oración del sacerdote:
Fieles: Amén.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
Dios dirige su palabra a la asamblea:
- Por medio de lecturas de los profetas (Antiguo Testamento) o de los Apóstoles (Nuevo Testamento).
- Por medio de su Hijo, en el Evangelio.
- El sacerdote comenta la Palabra de Dios en la homilía.
- La asamblea responde con el Credo.
- Sigue la oración de los fieles.
1. Proclamación de la Palabra
Lecturas
Se toman del Antiguo o del Nuevo Testamento. Dios por medio de su Palabra se hace presente en medio de los fieles.
La asamblea escucha sentada. Al final de la lectura:
Lector: Palabra de Dios.
Fieles: Te alabamos, Señor.
Terminada la primera lectura, el salmista proclama el Salmo Responsorial. Si hay segunda lectura, se lee como la primera. Sigue Aleluya, o el canto antes del Evangelio.
Evangelio
Evangelio quiere decir "buena noticia": relata algún aspecto de la vida o de las enseñanzas de Jesús.
Celebrante: El Señor esté con vosotros.
Fieles: Y con tu espíritu.
Celebrante: Lectura del Santo Evangelio según...
Fieles: Gloria a ti, Señor.
Al final del Evangelio:
Celebrante: Palabra de Dios.
Fieles: Te alabamos, Señor.
2. Homilía
Es el anuncio de las maravillas obradas por Dios en la historia de nuestra salvación:
- Se inspira en los textos sagrados.
- De acuerdo con el misterio que se celebra.
- Y las necesidades particulares de la asamblea.
3. Profesión de fe
Se canta o se recita, los domingos y solemnidades.
Celebrante y fieles: Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
4. Oración universal o de los fieles
La comunidad, ejerciendo su oficio sacerdotal, ruega:
- Por toda la Iglesia.
- Por los pastores de la Iglesia: Papa, Obispos, Sacerdotes, ...
- Por los que gobiernan el Estado.
- Por los que sufren.
- Por la comunidad misma.
Toda la asamblea, después de cada petición, responde:
Fieles: Te lo pedimos, Señor.
III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Comienza ahora la Liturgia Eucarística, que se desarrolla en tres tiempos:
- La presentación de los dones, (Ofertorio).
- La consagración de los dones, durante la Oración Eucarística.
- La aclamación: Por Él, con Él... con la cual termina esta parte.
1. Preparación de las ofrendas
Se llevan al altar el pan y el vino; es decir, los mismos elementos que tomó Cristo en sus manos. Se pueden aportar dinero u otras donaciones para los pobres o para la Iglesia.
Celebrante: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y que ahora te presentamos: él será para nosotros pan de vida.
Fieles: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros, bebida de salvación.
Fieles: Bendito seas por siempre, Señor.
El celebrante invita a los fieles a orar, diciendo:
Oremos... (silencio)
O bien: Orad, hermanos...
Fieles: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
El celebrante concluye con la oración sobre las ofrendas.
Fieles: Amén.
2. Plegaria Eucarística
En esta solemne plegaria:
- Proclamamos la bondad de Dios Padre para con todos los hombres.
- Conmemoramos la última Cena de Cristo, su Hijo, que se hace nuevamente presente entre nosotros en el pan y el vino.
- Renovamos su sacrificio para la salvación de todos los hombres.
Celebrante: El Señor esté con vosotros.
Fieles: Y con tu espíritu.
Celebrante: Levantemos el corazón.
Fieles: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Celebrante: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Fieles: Es justo y necesario.
Después que el celebrante recita o canta el prefacio:
Celebrante y fieles: Santo, Santo, Santo es el Señor, ¡Dios del Universo! Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. ¡Hosanna en el cielo! Bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Hosanna en el cielo!
Nota: Sigamos con grande atención y recogimiento la oración que el celebrante hace en esta parte central de la Misa.
Aclamaciones Eucarísticas
Después de la consagración, la asamblea responde a la invitación del celebrante con una de estas u otras fórmulas:
- Anunciamos tu Muerte. Proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
- Cada vez que comemos de este Pan y bebemos de este Cáliz, anunciamos tu Muerte, Señor, hasta que vuelvas.
- Por tu Cruz y Resurrección, nos has salvado, Señor.
- ¡Cristo murió por nosotros! ¡Cristo ha resucitado por nuestra salvación! ¡Ven, Señor Jesús!
- ¡Cristo murió! ¡Cristo ha resucitado! ¡Ven, Señor Jesús!
Al concluir la plegaria eucarística, la asamblea da su adhesión con la palabra: Amén.
3. Rito de la comunión
La asamblea es ahora verdadera comunidad de Cristo, ya que:
- Dios es nuestro "Padre" (Oración del Señor).
- Nosotros somos "hermanos" (Rito de la paz).
- Cristo nos alimenta con su mismo cuerpo, que nos comunica la vida eterna (Comunión).
Oración del Señor
El celebrante invita a la asamblea a rezar o cantar la oración del Señor.
Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Celebrante: Líbranos, Señor... mientras esperamos la feliz esperanza y la venida gloriosa de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo.
Fieles: Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
Rito de la paz
Celebrante: Señor Jesucristo, que dijiste... Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Fieles: Amén.
Celebrante: La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Fieles: Y con tu espíritu.
Luego el celebrante invita a la asamblea a darse un signo de paz y caridad. La asamblea se da la paz mutuamente, diciéndose unos a otros:
La paz esté contigo (u otra forma parecida).
Se responde:
Y con tu espíritu (u otra manera semejante).
Fracción del Pan
Este rito significa que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un solo pan de vida que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo.
Luego se canta o se recita:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Comunión
Celebrante: Este es el cordero de Dios...
Fieles: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme.
Al recibir la comunión:
Celebrante: El Cuerpo de Cristo.
Fieles: Amén.
IV. RITO DE CONCLUSIÓN
Oración después de la comunión
La asamblea hace suya esta oración del celebrante, aclamando al final:
Fieles: Amén.
Celebrante: El Señor esté con vosotros.
Fieles: Y con tu espíritu.
Bendición
Celebrante: La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
Fieles: Amén.
En ocasiones el celebrante utiliza las fórmulas solemnes de bendición, a las cuales se va respondiéndo:
Amén.
Despedida
Celebrante: Podéis ir en paz.
Fieles: Demos gracias a Dios.
Se puede entonar un canto de acción de gracias, o bien otro canto apropiado.