¿Cuáles son los Dones del Espíritu Santo?
Los Dones del Espíritu Santo son siete: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Ciencia, Fortaleza, Piedad y Temor de Dios.
El Profeta Isaías dice que los siete regalos que el Espíritu del Señor le dará a quien es fiel a Dios son: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Ciencia, Fortaleza, Piedad y Temor De Dios.
¿Qué es el Don de Sabiduría?
El Don de Sabiduría es un gusto especial que Dios nos da hacia todo lo que es espiritual, hacia todo lo que se refiere a Dios. Y un desprecio por todo lo que es pecaminoso o meramente materialista.
Los proverbios del Rey Salomón dicen: "La sabiduría vale más que las joyas más preciosas, y no hay tesoro en el mundo que se le pueda comparar" (Prov. 8).
El Don de Sabiduría hace considerar como la mayor desgracia del mundo al pecado y concede un gusto especialísimo por la lectura de la Santya Biblia y la Oración. La sabiduría da disgusto por todo lo que se ha pecado. Quita la simpatía por lo prohibido por Dios y da una gran antipatía hacia todo lo que sea pecaminoso. Por este Don de la Sabiduría los santos preferían mil muertes antes que cometer un pecado.
¿Qué es el Don del Entendimiento?
El Don del Entendimiento es una gracia que el Espíritu Santo nos da para que podamos comprender lo que Dios nos enseña por medio de su Palabra en la Santa Biblia en la predicación o en los libros de religión.
Fue lo que le sucedió a los Apóstoles el día de Pentecostés. Apenas recibieron el Espíritu Santo entendieron todo lo que Jesús les había enseñado, y lo siguieron recordando.
¿Qué es el Don de Consejo?
El Don de Consejo es un favor de Dios por medio del cual en el momento de escoger sabemos elegir lo que más conviene para gloria de Dios y para bien de nuestra alma y de los demás.
Las personas que reciben este don tienen la rara cualidad de encontrar soluciones rápidas para casos urgentes, y guiar a otros para que obren lo que les conviene más y eviten lo que no les conviene, porque Jesús dijo: "El Espíritu Santo os enseñará todo".
¿Qué es el Don de Ciencia?
El Don de Ciencia es una cualidad que Dios nos da para saber distinguir entre lo verdadero y lo falso, y valorar los bienes de la tierra solamente según lo que valen delante de Dios.
En este mundo donde hay tanta gente que enseña como verdadero lo que es falso, es muy importante obtener el don de ciencia para saber distinguir bien entre lo que es verdad y lo que es mentira en asuntos de religión.
¿Qué es el Don de Fortaleza?
El Don de Fortaleza es una fuerza especial que nos da el Espíritu Santo para obrar valerosamente lo que Dios quiere que nosotros hagamos, y para sufrir con paciencia las contrariedades de la vida.
Jesús prometió: "Seréis revestidos de la fuerza de lo alto" (Lucas 24).
La gente no entiende a veces por qué los mártires tienen tanto valor, y por qué ciertas personas logran tener tantísima paciencia. Eso lo han logrado porque han recibido el Don de Fortaleza.
La vida es a ratos tan dura y las tentaciones son a veces tan violentas e inesperadas que si el Espíritu Santo no nos diera el Don de Fortaleza no seríamos capaces de resistir.
Quien no pide a Dios el Don de Fortaleza puede llegar a desanimarse o a desesperarse. Por eso los pobres, los enfermos, los que sufren tentaciones y los que tienen penas especiales hacen muy bien y le piden al Espíritu Santo el Don de Fortaleza. Jesús prometió: "Todo el que pide recibirá".
¿Qué es el Don de Piedad?
El Don de Piedad es un afecto filial hacia Dios que nos hace amarlo como al más bondadoso de los padres, y nos concede una cierta facilidad y cariño por todo lo que se obedecer y honrar a nuestro Señor.
Las personas que reciben en don de Piedad sienten un gozo especial por todo lo que sea oración, lectura de la Sagrada Biblia, enseñar catecismo y pensar en Dios y en la vida de Jesucristo.
¿Qué es el don de Temor de Dios?
El Don de Temor a Dios es un temor cariñoso a ofender a Dios, por ser él un Padre ta bondadoso y tan generoso con nosotros, y también porque sabemos que Dios no dejará un solo pecado sin castigo.
¿Qué condiciones se necesitan para obtener los dones y gracias del Espíritu Santo?
La Iglesia Católica en 20 siglos de experiencia ha descubierto unos medios muy eficaces para obtener la asistencia del Espíritu Santo en todos los momentos importantes de la vida y son:
- LA ORACIÓN: Jesús dijo: "El Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan" (San Lucas, 15, 13). Millones de personas en todos los tiempos han experimentado el prodigioso valor de la oración cuando necesitan una iluminación de lo alto o una fuerza para su voluntad, o una buena dosis de amor espiritual para su corazón desanimado, etc. Aquí se cumple la promesa del Señor: "Todo el que pide recibe".
- LECTURA DE LA SANTA BIBLIA: Muchísimas veces el Espíritu Santo habla al alma por medio de la Santa Biblia. Este ha sido el medio ordinario que ha usado por siglos y siglos. Es casi imposible leer una página de la Santa Biblia con fe y atención, y no recibir en el alma un importante mensaje del Espíritu Divino. Por eso es que el rato más benéfico del día, después del que se dedica a la oración, es el que dedicamos con paz y humildad a leer una página del Libro Sagrado. Dejar un día sin leer algo de la Santa Biblia es dejar pasar esas 24 horas sin sintonizar lo que el Espíritu Santo nos quiere comunicar.
- EVITAR EL PECADO Y TRATAR DE VIVIR EN GRACIA DE DIOS: San Pablo decía: No contristéis al Espíritu Santo. ¿No sabéis que sois templos del Espíritu Santo? ¿Váis a profanar con el pecado el Templo del Gran Dios? Cada vez que cometemos un pecado moral echamos el Espíritu Divino de nuestra alma. ¿Y cómo pretendemos que Él obre maravillas en nosotros si le negamos hospedaje en nuestra alma? Por eso el más grande enemigo de los dones del Espíritu Santo es el pecado mortal aceptado y no odiado. Hay pecados inesperados, por sorpresa, por momentos de especial debilidad, pero que luego se lloran, se odian, se confiesan, y se hace el propósito serio de no cometerlos más. Estos nos impiden por largo tiempo la intervención del Espíritu Santo. Pero esos pecados aceptados tranquilamente, que el alma quiere excusar, que no se odian, y cuya ocasión de cometerlos no se evita, esos sí ponen un obstáculo casi irremediable para que el Santo Espíritu de Dios pueda llegar al alma y santificarla.
¿Cómo se conoce que el Espíritu Santo mora en una persona?
Hay tres características que demuestran que el Espíritu Santo mora en una persona:- La señal más sobresaliente de que el Espíritu Santo vive en una persona es que ama mucho a Dios y al prójimo.
- Ciertos frutos que se manifiestan en su personalidad. Dice el Libro Santo: "Los Frutos del Espíritu Santo son: Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe, Mansedumbre, Castidad" (Gálatas, 5). En la vida de la persona que está poseída por el Espíritu Santo se notan pronto todas estas cualidades.
- Cambio total de vida, una conversión. El individuo que posee al Espíritu Santo es persona totalmente cambiada, transformada. Se conoce que su vida tiene un rumbo: Dios, la eternidad. En sus palabras y en su modo de ser se trasluce que su meta es algo superior a los deseos materiales, que sus deseos y anhelos no son poseer riquezas, honores o placeres, sino ser amigo de Dios, y hacer el bien a los demás. Las cosas materiales y pasajeras que antes de convertirse le atraían tanto, ahora ya no le fascinan ni la mitad de lo que le fascinaban antes; pero lo eterno, lo espiritual sí le emociona y le agrada. Es persona revitalizada. Se deleita en llevar a cabo sus tareas diarias, aunque sean rutinarias y cansonas, porque sabe que ellas son el camino para llegar a la posesión de las realidades eternas. Su amor a Dios y al prójimo y su dinamismo que le hace trabajar y desgastarse por su religión y sus hermanos se transmite a otros, y contagia el amor y entusiasmo a los que le rodean. Así por su medio, otros encuentran verdadero significado a sus vidas.
El Espíritu Santo es pues una persona muy activa en la vida del creyente. Él puede hacer más significativa y provechosa la vida de uno, llenando de goces que ni se había imaginado, si uno lo llama para pedir ayuda, si se cree en su poder, si se oyen sus mensajes en la Santa Biblia, y si con una vida no apegada al pecado, y llena de buenas obras se trata tenerlo siempre de amigo. Quiera Dios que así sea.
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