Los evangelios muestran claramente el cuidado corporal y espiritual con que el Señor atendió a los enfermos y el esmero que puso al ordenar a sus discípulos que procedieran de igual manera. Sobre todo, reveló el sacramento de la Unción, que instituido por él y proclamado en la carta de Santiago, fue celebrado siempre en la Iglesia en favor de sus miembros a los que unge y por los que ora, encomendando a los enfermos al Señor doliente y glorioso para que los alivie y los salve (St. 5 14-16), exhortándolos también para que asociándose libremente a la pasión y muerte de Cristo(Rm 8, 17) colaboren al bien del pueblo de Dios.
En situaciones en que no es posible la presencia de un ministro de la Iglesia, es conveniente la oración de los fieles por la persona enferma.
¿Qué es la Unción de los Enfermos?
La Unición de los Enfermos es el Sacramento que se da a los que están en grave enfermedad. El sacerdote les unta aceite bendecido en la frente y manos, para que Dios les perdone los pecados que han cometido y pide a Dios que, si conviene, sane al enfermo y le dé fortaleza.
¿Qué deben hacer los parientes y amigos de los enfermos graves?
Los parientes y amigos de los enfermos graves deben llamar pronto al sacerdote y pecan gravemente y quedarán con graves remordimientos si no lo llaman o lo llaman demasiado tarde, por descuido y por no asustar al enfermo lo dejan morir sin recibir los sacramentos.
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