Novena A La Virgen De La Candelaria
Origen
No hay acuerdo sobre el año de la aparición de la Virgen de la Candelaria, pero la mayor opinión es que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, parroquia de Güimar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir, aparecería del 1400 al 1401. Fray Alonso de Espinosa escribió la historia en 1594.
Iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar. Buscando la causa miraron hacia la embocadura del barranco y vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, la santa imagen, la cual creyeron estar animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo. Pero en vez quedó herido el mismo. Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguano, a la cueva-palacio del rey Acaymo, para referirle lo acontecido. El rey fue a ver con sus consejeros. Ella nada respondía, pero nadie se atrevía a tocarla. El rey decidió que fuesen los mismos dos pastores ya heridos, quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron sanados. El rey comprendió que aquella mujer con el niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar de la aparición hay hoy día una gran cruz y en el lugar donde el rey pidió socorro, un santuario a Nuestra Señora del Socorro.
La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey, hoy convertida en capilla. Más tarde, un joven llamado Antón, que había sido tomado como esclavo por los españoles y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado, le relató al rey y a su corte la fe cristiana que el sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y tierra" y la trasladaron a la cueva de Achbinico para veneración pública.
La imagen fue robada por los españoles, pero devuelta tras una peste que ellos atribuyeron al robo sacrílego. Más tarde, cuando los españoles conquistaron la isla, la devoción ya estaba allí arraigada. En 1526 se edificó el santuario por los muchos prodigios que Dios obraba por Nuestra Señora de la Candelaria.
De las Islas Canarias la devoción se propagó hacia América. Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta imagen. En 1826 la imagen se perdió víctima de una inundación.
Fue declarada Patrona Principal del Archipiélago Canario por decreto de la Sagrada Congregación de Ritos el día 12 de diciembre de 1867. Coronada canónicamente el 13 de octubre de 1889.
Oración Preparatoria
Querida Virgen de la Candelaria: nos reunimos junto a ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, Madre nuestra. Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas. Que nos parezcamos a ti cada día más, para agradar al Señor como tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria. Amén.
Letanías
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Virgen de la Candelaria.
Ruega por nosotros.
Virgen del Pilar de Zaragoza.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de Guadalupe.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Providencia.
Ruega por nosotros.
Señora de la Alta Gracia.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Ruega por nosotros.
Santa María del Rosario.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Paz.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de Suyapa.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Concepción del Viejo.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de los Ángeles.
Ruega por nosotros.
Inmaculada Concepción.
Ruega por nosotros.
Santa Señora de Coromoto.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de Aparecida.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora del Quinche.
Ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Evangelización.
Ruega por nosotros.
Virgen de Copacabana.
Ruega por nosotros.
Virgen del Carmen.
Ruega por nosotros.
Virgencita de Luján.
Ruega por nosotros.
Virgen de los 33.
Ruega por nosotros.
Santa María de Caacupé.
Ruega por nosotros.
Virgen de Lourdes.
Ruega por nosotros.
Virgen de Fátima.
Ruega por nosotros.
Madre Amorosa de la Reconciliación.
Ruega por nosotros.
Santa María, Madre de Jesús y nuestra.
Intercede siempre por nosotros.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oración Para Todos Los Días
Ahora pedimos a nuestra Virgen de la Candelaria la gracia de esta (1ª, 2ª,…) noche de la novena.
Diálogo
- Oh, Virgen de la Candelaria, más que todas las criaturas, bienaventurada: te rogamos que hoy tu alma esté con nosotros para tributar nuestra adoración a Dios.
Pueblo: “Dios te salve, María”.
- Exalta, tierra entera, a nuestra amadísima Señora.
Pueblo: “Dios te salve, María”.
Apiádate, Señora, porque de cuantos en ti confían, tú eres el puerto de salvación.
Pueblo: “Dios te salve, María”.
- Líbranos, Señora, de todos los peligros, sobre todo de los temporales, de viento y granizo y de la condenación eterna.
Pueblo: “Dios te salve, María”.
- Oh, María, nuestra esperanza, nuestro amparo y nuestro auxilio, muéstranos el camino a Jesús.
Pueblo: “Dios te salve, María”.
Consideración Del Día
Día Primero
Virgen Inmaculada de la Candelaria: tú, que siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, aunque debamos humillarnos para reconocer nuestros pecados en la confesión. Amén.
Tres Avemarías.
Día Segundo
Virgen Inmaculada de Candelaria, que estando llena de santidad te has presentado lo mismo al templo para cumplir con la Ley de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, lleguemos a querer nuestro templo y considerarlo cada día más como lugar de nuestro acercamiento a Dios. Amén.
Tres Avemarías.
Día Tercero
Virgen Inmaculada de Candelaria: tú que no dudaste de poner a tu hijo Jesús en las manos de Simeón, sabiendo como rogaba en el templo por la gracia de ver al Redentor: haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así tú puedas entregarlo a Dios. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Cuarto
Virgen Inmaculada de la Candelaria: Tú, que al presentar a tu hijo Jesús en el templo oíste el anuncio de tus dolores y lo aceptaste como la voluntad de Dios, haz, que no seamos nosotros aquella espada y nuestra maldad la causa de tus dolores. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Quinto
Virgen Inmaculada de Candelaria: Tú, que ni al presentarte en el templo ni nunca después pregonaste tu condición de Madre de Dios para demostrar la importancia y valor de la humildad, haz que deje de importarnos el sempiterno figurar y a ejemplo tuyo crezca en nosotros el aprecio de la humildad. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Sexto
Oh Virgen Santísima de la Candelaria: te suplicamos que nos alcances de tu hijo amado Nuestro Señor Jesucristo la gracia de imitar tus virtudes, cumplir los mandamientos y tener horror al pecado mortal. De esta manera un día gozaremos eternamente contigo en el cielo. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Séptimo
Santísima Virgen de la Candelaria: conscientes de nuestras debilidades, acudimos a ti, para que nos alcances la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de poder llevar una vida digna de nuestra vocación cristiana, imitar tus virtudes y conseguir así el premio de la vida eterna. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Octavo
Virgen Inmaculada de la Candelaria: por tu pureza virginal, tu inmaculada concepción y tu prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado hijo, la humildad, la serenidad, la pureza del corazón, de cuerpo y de espíritu, la santa perseverancia en el bien, el don de la oración, una santa vida y gloriosa eternidad. Así sea.
Tres Avemarías.
Día Noveno
Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, conscientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno. Así sea
Tres Avemarías.
Oración Final
Te damos gracias, Madre y Señora nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Virgen de la Candelaria.
Ruega por nosotros. (3 veces)
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