Padre misericordioso,
tú que provees de pastores a tu pueblo,
derrama en tu Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza
que suscite en ella dignos ministros de tu altar,
anuncien tu Evangelio con valor y con bondad
y sean fieles dispensadores de tus misterios.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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